lunes, 2 de marzo de 2015



Estar alegres aún en momentos difíciles.

-Todo va a salir bien- lo confortaba en sus brazos su esposa.

-¿Cómo puedes estar tan segura?- la miró sorprendido y preguntó- ¿Por qué tienes esa sonrisa en tu rostro?
-Porque esta batalla no me matará, es solo un escoyo el cual debo sortear- le contestó Marina con una caricia tranquilizadora.
-Me niego a pensar así, siempre estas con esa actitud positiva, diciendo que todo debe salir bien, y no siempre ha sido así- le reprochó Tomás, que no dejaba de mirarla con enojo.
-Respóndeme, ¿Qué nos ha salido mal?- preguntó mirándolo sentada desde su cama mientras Tomás, caminaba como lunático de la cama a la puerta del dormitorio.
-Por ejemplo, esa noche cuando nos íbamos de campamento, que tuvimos el accidente, no pude entender como les decías a los nenes que todo estaba bien, cuando habíamos quedado varados en medio de la nada y yo estaba desesperado porque no podía hacer nada para arreglar las cosas.
-¿Pero estábamos sanos y a salvo?, ¿o me equivoco?- preguntó Marina mirando con amor aquel hombre que se negaba a lo inevitable.
-Sí, pero… que pasó cuando tu hermana se estaba casando y a tu padre le dio un infarto, ahí estabas tú, siendo el apoyo de tu familia susurrando palabras de que todo iría bien.
-¿Y cómo fue todo, Tomas?- trataba de razonar con él
-Bueno tu padre se recuperó bien y…- Tomás la miró, se acercó a ella y le dijo-¿Por qué si siendo tan amable y pura tienes que pasar por estas situaciones?, me niego a pensar que el tratamiento no va a funcionar y que te perderemos a causa de esta enfermedad.
-Este tratamiento si va a funcionar- dijo ella calmadamente.
-¿Cómo estas tan segura?- le preguntó exasperado.
-No lo estoy, simplemente pongo en práctica el consejo que me dio mi abuela durante mi niñez- lo miró y como él había quedado sin palabras prosiguió-  ella decía que en todo momento debemos mostrarnos alegres, porque es muy importante.
-¿Importante?- susurró Tomás
-Importante si, los momentos difíciles no son cosas injustas que la vida nos pone delante para que nos quejemos como niños, esos momentos lo debemos aprovechar para estar firmes en nuestras convicciones, para generar más paciencia en nosotros y ser constantes en el camino a nuestras metas- suspiró y dijo- mi meta es salir viva de esta.
-Oh amor, si pudiera, tan solo batallar por ti- lo dijo como casi una súplica al cielo.
-Tomás esta es tu batalla también- sonrió.
-Quizás – dijo abrazándola tiernamente.

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