Para los días tristes.
¿No te pasa que hay días en los que simplemente no
deberíamos salir de la cama? Es en esos días en que la pachorra ataca o que la
tristeza invade todos tus sentidos, a veces tenés motivos, a veces no. Está
bien tener esta clase de días, lo que no está bueno es que se nos hagan común.
Aldana quería levantarse, juraba por el cielo entero que
debía hacer una y mil cosas, pero su ánimo no concordaba con su día ya
planeado, su corazón estaba abatido, triste, quería llorar hasta quedar dormida
otra vez. Si le preguntaban qué le sucedía estaba segura de que tenía más de un
motivo para estar así, sin embargo, se levantó a duras penas, lavo sus dientes
y se dijo así misma, debes afrontar tus tristezas. No diría que eso le basto
para estar bien, estiro sus brazos al cielo y con un susurro alentador de “tu puedes”, puso a toda voz su música
favorita y comenzó a realizar las tareas primordiales, cuando quiso acordar la
tristeza y todo malestar se habían esfumado, al menos por el momento.
Aldana supo en ese instante que ella era la única que
podía cambiar sus días tristes, por un día en compañía de la mejor canción y su
sonrisa sincera.
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