miércoles, 2 de mayo de 2018

Los Aidualc. Capítulo 5



Emilia apareció con su abuela tomada del brazo.
–¿Dónde estaba?–Fue la pregunta que hizo su tía.
–En el extremo sur, en la plaza de las palmeras.
–Imposible, pasamos por ahí muchas veces.
Emilia no contesto, ella estaba dolida por darse cuenta que su abuela no la reconocía.
–Mamá, soy Oriana, me reconoces.
Su abuela miro aquella mujer y le dijo: – Hola Oriana, ¿qué cuenta Jacinta?
Acostaron a su abuela, llamaron al médico y este les prohibió sacarla.
–Tendremos que estar más atentas– dijo Karen.
–Lo haremos– prometió Oriana.
Emilia se quedó un rato con su abuela, la miro, estaba dormida. Amaba a esa mujer.
–¿Vas a quedarte ahí sin leer?– su abuela se había despertado y ahí estaba una vez más deseando escuchar sus propias historias.
Bastián Hizo lo que Alan le había ordenado fue a reunirse con Débora, la que los guiaría a ganar otra batalla.
Débora no levanto la mirada cuando el comandante le tapó el calor del sol con su gran altura. Solo se limitó a decir:– Te esperaba, sabía que ibas a venir.
–¿Acaso te lo dijo El Dios no conocido?
Débora no contesto había leído entre líneas el deje de burla que Bastián usaba
–Sisará morirá hoy, tendrás que juntar a tu ejército y salir a la batalla. Prepárate porque hoy es el día de la victoria, “el Dios no conocido” ira delante de ti.
–Iré , si tu vienes conmigo
–Acepto, Pero quiero que sepas que no serás tú quien mate a Sisará. “el Dios no conocido” le dará ese honor a una mujer.
–Emilia es hora de irnos– interrumpió su madre.
Emilia miró a su abuela – Sabia que Débora era toda una guerrera.
–Veremos.