Los consejos del abuelo. Parte 2
Agustin habia recibido la no tan
grata noticia de que debia abandonar su casa, la cual comstruyò para su esposa
hacia ya mas de 20años, por causa de su vejez. Su unica hija, Berta, madre de
su tercer nieto Matias, habìa decididò llevarlo a vivir con ella.
–Abuelo quizas ni sea tan malo,
despuès de todo mi madre es una ecelente cocinera.
–No le pongo duda, solo que èsta
es mi casa y me gusta vivir en ella.
Matias comprendia muy bien los
motivos que su abuelo le daba en ese momento.
–¿Cuál es el motivo de tu visita?,
no me vas a decir que necesitas otro consejo.
Matias sonriò– me asombrò mucho la
historia que me relatastes el otro dia y vine a que me contaras que sucedió con
el pueblo.
Su abuelo lo mirò ceñudo por unos
segundos, el sabìa que Berta lo habia mandado a que intercediera por ella, pero
decidiò dejar pasar la situaciòn y se concentrò en complacer a su nieto.
–El pueblo creiò en nùmero, pero
seguian siendo esclavos en aquella tierra, a tal punto que estaban cansados de
la esclavitud y por esa razòn comenzaron a pedir ayuda a su Dios,
–¿Tenian dioses?
–Tenian un solo Dios, y se hacia
llamar el yo soy, el pueblo clamò a gran
voz a su Dios para que los libertara èste escuchò el clamor de su pueblo y se
acordo del pacto que habia hecho con los antepasados. El yo soy los reconociò como pueblo.
Sebastian quedò en silencio,
ganandose una mirada de preocupacion de su nieto.
–¿Què sucede?
–Solo quiero decirte algo, cuando
estes en problemas pide ayuda, cuando te sientas solo o desesperado pide ayuda
que seguramente la vas a encontrar, porque siempre habra alguien dispuesto a ayudarte,
a escucharte o simplemente a darte un abrazo, de esos que te reconfortan y te
daràn la fuerza para seguir adelante.